Tenía como características principal la religión, en lo que era los salones a un costado se encontraba una cruz o una estampa de algún santo, con una virgen de Guadalupe, ahí se arrodillaban para rezar. Aprendían el catecismo.
Les enseñaban a escribir de pautas o de renglones, si la letra mejoraba era ascendido, sino era castigado; existían también ocho reglas que los niños debían de pasar, como por ejemplo: en la primera se realizaban los palotes, los cuales eran rayas verticales y los maestros pensaban que con ella ensayarían la mano del niño, la segunda regla era de palomares, y de ahí hasta la octava la cual escribían con letra menuda. Para prepararse debían aprender 6 meses de cartilla, es decir, el abecedario, deletrear y decorar, 6 meses de catón cristiano o de libro segundo, que eran un conjunto de letras fastidiosas, inútiles y de cuentos ridículos.
Ya una vez aprendido y llegado a la octava regla de escritura, se comenzaban con el estudio de las cuentas y que eran 4 reglas básicas: sumar, multiplicar, partir y restar.
Los estudiantes eran torturados sino hacían correctamente sus planas, a través de azotes en las manos o en el cuerpo. En zonas indígenas eran divididos en dos grupos: niños de razón y los indios; a estos últimos no se les enseñaba el correcto castellano. Las mujeres no iban a la escuela, solo a las amigas, donde les enseñaban a ser devotas, ignorantes, etc.
Después de estas prácticas escolares, se empezó a tomar más seriedad a la educación ya era obligatoria, no en el nivel básico que conocemos ahora, antes solo era para la educación primaria, que todavía sigue vigente pero poco a poco se fue expandiendo a la educación preescolar y a la educación secundaria.
La obligatoriedad en la educación primaria era porque el ser humano no podía quedarse sin ser instruido, ya que tiene que prepararse constantemente para las grandes tareas de la vida y era un bien para la soberanía.
A raíz de las formas republicanas, se seguían sometiendo a las personas por medio de las religiones por la cuales la gran parte de las personas seguían siendo analfabetas y de ahí se dio en laicismo para que todos sin importar su religión sean educados.
También se entendía que la educación pública sobre todo la primaria debería ser la prioridad del gobierno de ahí la gratuidad en la educación.
Los maestros en esta época los habían maestros curas y maestros de pueblos, los cuales tenían muchas características diferentes.
Los maestros que son curas de pueblo, eran un sujeto parecido en moral a todos los de su especie; pero en el físico era robusto, de mediana talla, regordete, colorado y de carácter alegre. Sus lugares eran grandes y decentes, gran cocina, jardín y agua, caballerizas. Tenían también despensas con un surtido rico en vinos.
Los curas creían en la monarquía que ya estaba fundada en México, decía que no se mezclaba en nada y solo se limitaba a sus funciones de pastor de las almas y que no se mezclaba en política.
Los maestros de pueblo, su imagen era de tristeza y de angustia, era un hombre de 40 años, flaco, moreno, de ojos hundidos pero inteligentes; tenían familia grande la cual no podía mantener, no exigía que se le pague; además soportaba las humillaciones que le hacían.
Los maestros se declaraban patriotas exaltados, decían que si la república triunfa mejoraría la condición de la escuela y la suerte de los maestros.
Los profesores de la ciudad, en México son buenos aparte de que tenían un buen caudal de conocimientos, son muy mal pagados. Faltaban escuelas normales.
20 de septiembre de 2018, 7:34
gracias